¿Recordáis mi intensa guerra con Iberdrola y su no facturación? (Por cierto, sigo siendo vencedora, aunque no bajo la guardia, que con esta gente nunca se sabe 😉) Ahora estoy inmersa en otra, tan encarnizada o más. Esta vez es con mi banco, es decir, el que maneja mi dinero, claro, no de mi propiedad 😅
Todo empezó el 8 de noviembre pasado, cuando recibí una llamada en la que se me informaba de un nuevo servicio que ponían a mi disposición: mi gestor personal on-line. Oye, y qué bien sonaba: "mi gestor personal", guau, qué importante. Ya le advertí que soy de las que trabajan en oficina, con la gente mirándome a los ojos y que no creía que fuera a utilizarlo. Me dijo que no importaba, que era una opción de la que iba a disponer y que cuando abriera mi aplicación vería su foto.
Como podéis imaginar, lo primero que hice cuando colgué, fue entrar en mi cuenta de cliente y, efectivamente, ahí estaba la foto de la que iba a ser mi gestora. Bueno, de ella o no, que vete tú a saber si la foto es suya 😈
Aunque en el ordenador aparece en pequeñito y no molesta demasiado, en el móvil, al abrir la aplicación, lo primero que veo siempre es su cara, así que la primera vez que entré me llevé un susto impresionante, porque no recordaba a la dichosa gestora y pensé que me habían conectado con la cuenta de otra persona. Al final, unas semanas más tarde, decidí que, puesto que no pienso utilizar el servicio, quería que me dieran de baja.......y ahí empezó mi batallita.
El día 29 de noviembre llamo y, ante mi sopresa, me contesta un joven que me dice que trabaja en el equipo de mi gestora. ¡Qué desilusión! Y yo que pensaba que la tenía en exclusiva trabajando para mí, a ella y sólo a ella......Le planteo lo que me pasa y lo que quiero......y empieza el interrogatorio: que por qué, que si estoy descontenta....vamos, lo de siempre en estos casos. Al final, me dice que ella me llamará personalmente a lo largo del día.
Resulta que en esas fechas yo estaba de vacaciones, con mucho tiempo libre y más ganas aún de librarme de este tema, así que, cuando vi que no me llamaba, recordé un servicio que tenía: "llámame", en el que eliges una hora y explicas el motivo y te devuelven la llamada. Lo hice, esta vez por escrito, y cuando llegó la hora en la que tenían que llamarme, me mandan un emilio diciéndome que para hablar de ese trámite es necesario hacerlo telefónicamente.............😓
Solté una carcajada y me di cuenta de que la cosa iba a ser más complicada de lo que creía: vamos a ver, ¿no estaba solicitando que me llamaran para hablar del tema? Entonces, ¿cómo me decían que tenía que ser telefónicamente? Pues sí, un diálogo de besugos.....pero sólo fue el primero 😔
Ya por la tarde, al ver que nadie se ponía en contacto conmigo, volví a llamar yo. Esta vez me contestó una joven, que no parecía tener idea de lo que le estaba planteando y que me aseguró que volvería a pedir la anulación del servicio y que mi gestora me llamara. Cosa que hizo a última hora y repitiendo el interrogatorio del por qué, por el que ya había pasado en la primera llamada. Esta vez me aseguró que la petición estaba tramitada, pero que tardaría unos días en resolverse.
-¿Unos días?-le pregunté.-Pues en activarlo tardaste menos de 5 minutos.
Y así quedó la cosa. Lo cierto es que me olvidé del tema, hasta que un día volví a entrar en la aplicación y vi su cara de persona eficiente mirándome retadora desde la pantalla. Bueno, a lo mejor no me estaba retando, pero es lo que vi en su mirada......vale, es lo que imaginé ver. El caso es que hice cálculos y me di cuenta de que habían pasado más de dos semanas, así que decidí que había llegado el momento de volver a llamar.
Otra persona diferente me atendió y me confirmó que la solicitud de anulación estaba tramitada y que, a veces, en vez de días, tarda semanas en resolverse. ¡Semanas! Vuelvo a plantearle mi incredulidad de que se pueda dar el alta en un par de minutos y tarde ¡semanas! en darse la baja, pero, claro, ella no podía decirme nada más, excepto que agradecía mi......paciencia.
Esta vez no me olvidé del tema, pero decidí obviarlo hasta que empezara el nuevo año, para lo que todavía faltaba alguna semana más, con lo que esperaba que para entonces se hubiera solucionado. Exactamente, acertáis......empezó el año y en mi aplicación seguía apareciendo su foto, recordándome que seguía siendo esa gestora personal que nunca solicité y de que la me va a resultar muy muy difícil librarme. Así, que, el día 2 de enero, respirando profundamente antes de marcar, me dispuse a librar la siguiente batalla.
El chico que me contestó me dijo más o menos lo que ya había escuchado en las ocasiones anteriores y me preguntó si prefería hablar directamente con la gestora.
-Hombre, pues no estaría mal, para variar, porque será mi gestora personal, pero no hay forma de hablar con ella-le contesté lo más calmadamente que pude.
Me recordó que era un proceso que podía tardar varios días, a lo que le respondí que llevaba más de un mes esperando.
-Parecéis una secta, en la que entras pero de la que resulta imposible salir-le solté. A lo que me respondió preguntándome si tenía alguna otra gestión en la que pudiera ayudarme.
- Pues mira, teniendo en cuenta lo que tardáis en tramitar los asuntos, no se me ocurre nada por lo que me apetezca esperar más de un mes para resolverlo.
Me dio las gracias, los buenos días, me deseó feliz año y colgó. Yo creo que le ofendí.....¡pobre!
Y llegamos al día siguiente, el 3 de enero, en el que encontré la hoja de reclamaciones del banco para enviarla por emilio. Mientras la estaba rellenando, suena el teléfono y, al responder, un hombre me dice que es del equipo de mi gestora, que veía que quería hablar con ella, pero que se encontraba de vacaciones, y me pregunta.........¡que qué es lo que quiero exactamente!!!!!!!!
En fin, ni sé de dónde pude sacar la tranquilidad para no gritar y utilizar todos los insultos que se me pasaron por la mente. Logré explicarle lo que ocurría sin levantar la voz.......y obtuve el mismo resultado, por supuesto. Así que, después de colgar, terminé de rellenar la reclamación y la envié a la dirección de correo electrónico de atención al cliente. No sé si servirá de algo, pero hecho está.
Ya os podéis imaginar que no pienso rendirme. A partir de la semana que viene estoy dispuesta a llamar todos los días. Supongo que, aunque sólo sea porque les deje en paz, terminarán anulándolo 😇
Ah, que no sabéis qué pinta la canción de Beret. Pues resulta que después de la última llamada, me encontré cantando eso de "lo siento, por hacerte perder el tiempo". Con lo que me gusta la canción.....y ya no sé si podré volver a oírla sin ver la cara de mi gestora cantándome "que pensar que hacer otro intento por tenerte, lucharte y sentirte te haría feliz"😜
El chico que me contestó me dijo más o menos lo que ya había escuchado en las ocasiones anteriores y me preguntó si prefería hablar directamente con la gestora.
-Hombre, pues no estaría mal, para variar, porque será mi gestora personal, pero no hay forma de hablar con ella-le contesté lo más calmadamente que pude.
Me recordó que era un proceso que podía tardar varios días, a lo que le respondí que llevaba más de un mes esperando.
-Parecéis una secta, en la que entras pero de la que resulta imposible salir-le solté. A lo que me respondió preguntándome si tenía alguna otra gestión en la que pudiera ayudarme.
- Pues mira, teniendo en cuenta lo que tardáis en tramitar los asuntos, no se me ocurre nada por lo que me apetezca esperar más de un mes para resolverlo.
Me dio las gracias, los buenos días, me deseó feliz año y colgó. Yo creo que le ofendí.....¡pobre!
Y llegamos al día siguiente, el 3 de enero, en el que encontré la hoja de reclamaciones del banco para enviarla por emilio. Mientras la estaba rellenando, suena el teléfono y, al responder, un hombre me dice que es del equipo de mi gestora, que veía que quería hablar con ella, pero que se encontraba de vacaciones, y me pregunta.........¡que qué es lo que quiero exactamente!!!!!!!!
En fin, ni sé de dónde pude sacar la tranquilidad para no gritar y utilizar todos los insultos que se me pasaron por la mente. Logré explicarle lo que ocurría sin levantar la voz.......y obtuve el mismo resultado, por supuesto. Así que, después de colgar, terminé de rellenar la reclamación y la envié a la dirección de correo electrónico de atención al cliente. No sé si servirá de algo, pero hecho está.
Ya os podéis imaginar que no pienso rendirme. A partir de la semana que viene estoy dispuesta a llamar todos los días. Supongo que, aunque sólo sea porque les deje en paz, terminarán anulándolo 😇
Ah, que no sabéis qué pinta la canción de Beret. Pues resulta que después de la última llamada, me encontré cantando eso de "lo siento, por hacerte perder el tiempo". Con lo que me gusta la canción.....y ya no sé si podré volver a oírla sin ver la cara de mi gestora cantándome "que pensar que hacer otro intento por tenerte, lucharte y sentirte te haría feliz"😜
Texto Ana María Blanco Estébanez
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