lunes, 8 de enero de 2018

Deserción



   Están a punto de cumplirse 3 años desde que se fue; desde que, como yo suelo decir, desertó de la vida. Perder a alguien siempre es duro, todos lo sabemos, pero cuando esa pérdida es voluntaria, queda además un enorme sentimiento de culpa, de preguntarnos si hubiéramos podido hacer algo para evitarlo. Que sí, que ya sé que esas decisiones las toma uno solo, en medio de, lo que pienso que tiene que ser, una situación límite en la que no ves salida a una angustia y ansiedad inimaginables; pero es que, como amiga, me hubiera gustado poder ayudar más. Sólo espero que consiguiera la paz que tanto deseaba; que, dondequiera que esté, por fin, vea luz y no oscuridad.

   Cuando oí esta canción de Malú por primera vez, me acordé tanto de él. No sé si ella pensaba que pudiera reflejar una situación así......pero creo que, por fin, entendí cómo se sintió: "Demasiado fuego, demasiada agua, brilla más el miedo....""muerden las miradas y me estoy rompiendo porque pesan toneladas.....""¿Quién le puso al juego todas estas trampas?.....""un millón de suelos esperando mi caída.....""Ser invisible......ser invisible".

   Todos nos hemos sentido así alguna vez: que la vida nos ha dado demasiado palos, que lo negativo pesa mucho más que lo positivo y que, esa carga, cada vez es más imposible de sobrellevar. Todos hemos querido desaparecer.....o ser invisibles, como dice Malú en la canción. Pero aquí seguimos, porque de todo se sale; porque la vida te da muchos palos, pero también muchas alegrías; porque hay gente deseando verte caer, pero también mucha ayudándote a seguir. Lo malo es que en esos momentos no se ve nada más que lo que te ahoga hasta que no puedes respirar. No hay nada más que oscuridad agobiante que nubla tu cabeza y no deja emerger pensamientos positivos. ¿Depresión? Puede......o puede que, simplemente, haya personas que no son capaces que soportar tanto dolor.


Texto Ana María Blanco Estébanez
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